viernes, 27 de julio de 2012

Canalizar bien la afectividad y la emotividad.




En algunos periodos de nuestra vida en los que nos sentimos especialmente sensibles y vulnerables ,podemos vernos desbordadospor un cóctel de sentimientos y emociones que están a flor de piel y no nos dejan ser fuertes ante cualquier situación que debamos afrontar. Esto suele ocurrir después de experimentar vivencias desagradables, momentos de tensión emocional, estrés excesivopor problemas familiares o laborales, dolor tras una ruptura, etc. Además, estos periodos suelen ir acompañados de sentimientos deculpa e inseguridad, y este hecho puede dificultar la toma dedecisiones en nuestro día a día, ser asertivos con las personas que nos rodean, hacer valer nuestra forma de pensar y actuar, servalientes a la hora de seguir un camino, y sobretodo, estos sentimientos casi siempre desencadenan en un estado de BAJAAUTOESTIMA.

Cuanto menos nos queremos, menos valoramos aquello que hacemos y más inseguros nos sentimos ante cualquier hecho. Si no nos gusta como somos y no estamos satisfechos con nuestros logros y nuestra forma de actuar en general, terminanos creyendo que todo lo que hacemos está mal y que la culpa de las problemáticas que nos rodea recae exclusivamente sobre nuestro ser.

Esta baja autoestima es fácil de retroalimentar en momentos de debilidad y puede que con ello nos olvidemos de quien somos realmente, de qué es lo que pensamos, de aquello que queremos ser, hasta podemos olvidar lo que realmente deseamos: ser felices. Así pues, las personas con una muy baja autoestima pueden llegar a negarse el derecho de disfrutar de la vida.

Ser racionales en momentos en los que nuestros sentimientos estén desbordados puede servirnos de gran ayuda. Podemos conseguircanalizarlos correctamente si ordenamos nuestra mente y buscamos una explicación a aquello que nos está ocurriendo. Muchas veces la incertidumbre, el no saber el porqué de nuestra tristeza, el no comprender nuestro estado depresivo,etc. aumenta aún más la sensibilidad y vulnerabilidad que nos envuelve.
Ordenar mentalmente el momento de caos emocional por el que estamos pasando no es fácil. La misma inseguridad nos hace dudar y no nos ayuda a ver las cosas de forma clara. Por ello en muchas ocasiones puede servirnos la ayuda de una persona de confianza ajena a la situación, así como la de un psicoterapeuta.
Razonar y buscar explicaciones a los hechos implica encontrar soluciones a los mismos. A la larga, todo ello significa ganar seguridad, aprender a respetarse y hacerse respetar. Nosotros somos los únicos que podemos llegar a conocernos, y si lo conseguimos, podemos aprender a autocontrolar nuestras emociones y pensamientos. Este proceso de conocimiento e introspección dura desde que tenemos uso de razón hasta que morimos, nunca dejamos de saber quien somos y quien podemos llegar a ser.

Trabajar para conseguirlo día a día nos permite evolucionar y madurar nuestra persona, y por esta razón aún nos queda mucho por aprender.

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