martes, 10 de julio de 2012

Cuando los problemas esperan fuera

Hoy, navegando por la red, he leído un interesante mensaje a modo de parábola y moraleja que me ha hecho pensar sobre cómo, en ocasiones, traemos los problemas a casa. Nosotros, desde el Diván, hemos completado la idea y el mensaje a modo de cuento para quereflexioneis sobre ello:


"El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar mi vieja granja, acababa de finalizar un duro día de trabajo.
Su cortadora eléctrica se había dañado, le había hecho retrasar gran parte de sus tareas durante más de dos horas, y por si fuese poco, su antiguo camión se negaba a arrancar. El carpintero no hacía buena cara, parecía cansado y preocupado, seguramente debería madrugar al día siguiente para así poder terminar con sus obligaciones, y la reparación de aquel trasto no

resultaría ser ninguna tontería.
Durante el camino de vuelta a casa, permaneció en silencio. Una vez llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocó las puntas de las ramas con ambas manos, y seguidamente las frotó y sacudió en un abrir y cerrar de ojos.
Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el coche. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo visto cuando entramos.
"Ese es mi árbol de los problemas", contestó. "Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero hay algo que es seguro: los problemas no pertenecen a mi casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego. Luego a la mañana los recojo otra vez. Lo divertido es...-dijo sonriendo- que cuando salgo a la mañana a recogerlos, ni remotamente encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior".


Y vosotros, ¿sabéis dejar los problemas en el felpudo, o por el contrario, ellos mismos se ponen las zapatillas y se acomodan en el salón, junto vuestra familia?

¿ Es fácil "colgarlos" en "el árbol de la entrada"?

Os propongo lo siguiente: 

Durante esta semana, colgad, aparcad, depositad los problemas justo en la entrada. ¿Cómo? Escribid en papeles individuales aquellos conflictos o preocupaciones que traéis del trabajo y dejadlos, por ejemplo, debajo el felpudo. No tenéis que recogerlos hasta el día siguiente, y si lo hacéis en viernes, hasta el lunessiguiente. ¿Lo probamos?

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