martes, 3 de julio de 2012

¿Por qué los ositos?



Nunca os habéis preguntado  ¿por qué un osito de peluche? he estado indagando por Internet y he encontrado varias cosas interesantes.
Por lo visto los ositos de peluche son un referente de ternura para cualquier niño o adulto. Da igual si son grandes o pequeños, de trapo, vestidos, con lazo, sin lazo, blancos, marrones...

Los solemos usar para felicitar un cumpleaños, para dar la bienvenida a un nuevo miembro de la familia, para decir te quiero a esa persona tan especial, para decorar una estantería, para regalar como souvenir o promocionar un suavizante... 

Pero la pregunta es ¿por qué ositos? ¿A caso no sería lo mismo regalar leoncitos, panteras, serpientes? ¿Por qué el oso es un referente de ternura y amor?

Hace tiempo que llevo haciéndome esa pregunta. No he encontrado respuesta alguna ya que si pensamos en un oso, lo identificamos como un animal agresivo, grande y sucio.

Tras esto, no he parado de pensar en la imagen del oso. Aquellos anuncios del "osito Mimosín" despertaban el lado sensible de cualquier espectador, pero pensándolo bien, esa bolita de algodón, no era más que la viva imagen de un depredador, aunque su significado fuese todo lo contrario. Todos estos recuerdos han quedado de algún modo, saboteados por aquella opinión, a la que no le falta razón y como mínimo, me ha hecho pensar que esto siempre es bueno ¿no?

Antes de hacer este artículo, he decidido dar una vuelta por mi habitación y he ido identificando los peluches de los que dispongo. He pensado en la imagen de ese oso grande, depredador, sucio y amenazador, pero más tarde, personifiqué la imagen de ese oso tranquilo, dulce y cordial sentado en mi armario. 

Fue cuando comprendí que nosotros atribuimos la dulzura a aquello que deseamos, podemos personificar cualquier ser y trasmitir con él, nuestros más profundos sentimiento, tan sólo necesitamos dar expresividad necesaria para ello, en la mayoría de los casos, una sonrisa.


Me he fijado, y la mayor parte de los ositos sonríen. El osito Mimosín, los ositos que me han regalado, los que aún conservo de mi infancia, los que decoran la ropita de los niños, el que promociona una famosa cadena de jugueterías ¡todos!

El oso sigue siendo quien es, nosotros somos quienes podemos darle, aunque sea desde la ficción, la cualidad de saber sonreír y transmitir aquello que, en ocasiones, las palabras no pueden decir.

Mi lema ahora sería “pon un oso en tu vida”, continúo adorando a los ositos y creo que siempre podemos decir algo con ellos. Así pues, si quieres decirle a alguien cuanto le quieres, si quieres decir perdón a alguien, si hace tiempo que no vas a ver a aquel familiar, si quieres agradecer la ayuda de un compañero, si deseas recordar a tu madre cuánto la quieres, …¿Por qué no un oso?



Gracias por seguirme mis queridos tabúes <3

No hay comentarios:

Publicar un comentario